Rápida pérdida de peso a lo largo de varias semanas o meses
Continuar haciendo dieta a pesar de estar delgado o con el peso muy bajo
Tener un interés inusual en la comida, las calorías, la nutrición o en cocinar
Temor intenso a subir de peso
Extraños hábitos o rutinas alimenticias, como por ejemplo, comer en secreto
Sentirse gordo incluso cuando se tiene bajo peso
Inhabilidad de calcular realísticamente el peso de su propio cuerpo
Esforzarse por lograr la perfección y ser muy autocrítico
Excesiva influencia del peso y forma del cuerpo en el autoestima de la persona
Depresión, ansiedad o irritabilidad
En las mujeres, períodos menstruales infrecuentes o irregulares
Usos de laxantes, diuréticos o píldoras para dieta
Enfermedades frecuentes
Usar ropa suelta para esconder la pérdida de peso
Hacer ejercicios compulsivamente
Sentir que uno no vale la pena o sentirse sin esperanzas
Retiramiento social
Los síntomas físicos que se desarrollan a lo largo del tiempo, incluyen: poca tolerancia al clima frío, cabello y uñas quebradizas, piel seca o amarillenta, anemia, estreñimiento, articulaciones hinchadas y un crecimiento de nuevo pelo fino sobre el cuerpo
POCO A POCO ANA TE ROBA LA SALUD
La anorexia nerviosa es uno de los tres desóredenes de comida más comunes junto con la bulimia y el comer compulsivamente.
La anorexia surge ante la obsesión de perder peso, porque te ves a tí misma muy gorda. En algunos casos, el sobrepeso es real, pero en otros es sólo imaginario.
Esta enfermedad puede empezar con una inocente dieta, e incluso a corta edad, pues afecta tanto a jovenes como a viejos, y a mujeres y a hombres por igual.
Una vez que baja el peso deseado, el anoréxico pierde el control y quiere seguir bajando de peso, pues habrá una parte de su cuerpo que para él todavía no está delgada.
En general, una persona con anorexia pesa un 15% menos de lo que debería pesar, y aún así querrá continuar sin comer para bajar de peso, por lo que restringirá cada vez más la cantidad de comida que ingiere.
Si se llega a perder de 20 a 25% de su peso, la hospitalizacón se hace necesaria pues ya habrá alcanzado niveles serios de desnutrición.
Algunos de los síntomas físicos presentes en un anoréxico son una constante fatiga, mucho frío, y colitis. También, el cabello se volverá más fino y puede aparecer cierto vello casi imperceptible en la espalda.
Por otra parte, hay preguntas que te ayudarán a descubrir si sufres de anorexia, en cuyo caso deberás acudir inmediatamente a un médico:
¿Te da terror la posibilidad de engordar?
Si ya has reducido tu peso, ¿sigues horrorizada ante la posibilidad de engordar?
Aunque otros te digan que estás delgada, ¿tú te sientes gorda?
¿Tu peso es un 25% menor de lo recomendado como mínimo para tu edad y estatura?
¿Es irregular tu período menstrual?
¿Te niegas rotundamente a pesar lo que los médicos indican como adecuado?
¿Has tenido fríos extremos, presión sanguínea baja, pulso lento, e hinchazón?
Después de comer, ¿sientes náuseas y vomitas?
Si respondes afirmativamente tres o más veces a las preguntas anteriores, es recomendable que busques la ayuda de un especialista.